Inversionista de bitcoin torturó a un «socio» por la contraseña de sus criptoactivos

Un inversionista en criptomonedas, identificado como John Woeltz, de 37 años, fue arrestado en Nueva York tras ser acusado de mantener cautivo a un empresario italiano durante más de dos semanas en un lujoso apartamento del barrio SoHo. Según las autoridades, el objetivo del secuestro era obtener la contraseña de acceso a sus activos digitales.

El caso salió a la luz el pasado viernes, cuando la víctima, un hombre de 28 años que en mayo había llegado a la ciudad desde Italia, logró escapar de su encierro y pidió ayuda a un agente de tráfico en la calle. Según lo reportado por medios internacionales, el joven presentaba heridas compatibles con torturas prolongadas: había sido atado con cables eléctricos, golpeado con un arma de fuego, obligado a consumir cocaína y sometido a descargas eléctricas.

En el departamento que Woeltz supuestamente alquilaba por una cifra entre 30.000 y 40.000 dólares mensuales, la policía halló pruebas que respaldan las denuncias: fotos Polaroid del joven atado y amenazado con un arma —presuntamente tomadas para pedir dinero a los allegados de la víctima—, además de una motosierra, malla metálica, chalecos antibalas, drogas y municiones. Las fuentes resaltan que, durante el cautiverio, el inversor de Kentucky habría amenazado con usar la motosierra para mutilar a la víctima si esta no entregaba la contraseña de sus bitcoin.

La trama habría comenzado el 6 de mayo, cuando Woeltz y el joven italiano se reunieron, supuestamente para tratar asuntos de negocios. Poco después, el sospechoso le retiró el pasaporte y lo inmovilizó. Se cree que ambos habían colaborado en el pasado.

Tras su detención por parte de las autoridades, Woeltz fue acusado de secuestro, agresión, retención ilegal y posesión criminal de un arma, y se ordenó su encarcelamiento sin derecho a fianza. Según citaron varios medios, la fiscalía advirtió que el implicado tiene medios para fugarse, como un jet privado y un helicóptero. Algunos reportes añaden la existencia de registros públicos que lo vinculan con la propiedad de una finca de 150 acres en Kentucky; además, fuentes policiales habrían declarado que Woeltz posee una fortuna valorada en 100 millones de dólares.

Beatrice Folchi, una joven de 24 años y supuesta asistente de Woeltz, fue detenida inicialmente por su presunta colaboración en el secuestro, pero posteriormente fue liberada luego de que la fiscalía solicitara esperar el avance de una investigación más detallada. En declaraciones recientes, Folchi aseguró que «no había sido arrestada» y agregó : «Todo se va a contar, pero por ahora, con un abogado, no puedo hacer ningún comentario».

Beatrice Folchi, presunta asistente del agresor. Fuente: Khristina Narizhnaya – The New York Post.

Los secuestros contra usuarios de criptomonedas no dan tregua

El testimonio del joven italiano, sumado a los recientes secuestros de inversionistas en España, Francia y otros países, confirma que los ataques físicos contra poseedores de criptoactivos son cada vez más frecuentes. En Marbella, por ejemplo, un trader fue retenido durante horas en un departamento de Estepona por tres ciudadanos británicos que exigían 30.000 euros en bitcoin a cambio de su vida. La víctima logró alertar a un amigo en Londres mediante un mensaje codificado en hindi (lengua de la India), lo que permitió activar un operativo policial que culminó con su rescate y la detención de los secuestradores.

Vale la pena destacar el caso de David Balland en Francia: el cofundador de Ledger fue secuestrado una madrugada de enero en su domicilio, ubicado en el centro del país. Permaneció en cautiverio hasta que una reciente operación policial logró liberarlo. El hecho fue reportado por CriptoNoticias.

Estos delitos obligan a los usuarios de criptoactivos a reforzar no solo sus medidas de ciberseguridad, sino también su protección personal. Para reducir riesgos, se recomienda mantener un perfil bajo en redes sociales, evitar compartir públicamente detalles sobre inversiones en criptomonedas, y utilizar dispositivos dedicados para almacenar claves privadas fuera de línea (cold wallets). Asimismo, es clave desconfiar de reuniones de negocios con desconocidos, especialmente en lugares privados, y contar con personas de confianza informadas sobre los desplazamientos. En casos de alto patrimonio, puede ser necesario considerar servicios de seguridad personal.