
- El Reino Unido incauta 61.000 Bitcoin por un valor de 7 mil millones de dólares en uno de los mayores casos de fraude cripto del mundo.
- Zhang y Ling se declaran culpables de lavar fondos vinculados a una estafa de inversión china de 5,6 mil millones de dólares.
- Se avecina una batalla civil por los Bitcoin incautados, ya que las víctimas y el gobierno británico compiten por la recuperación.
Dos personas acusadas en uno de los mayores casos de fraude con criptomonedas en la historia del Reino Unido se han declarado culpables de cargos por lavado de fondos criminales utilizando Bitcoin.
Yadi Zhang, de 47 años, también conocida como Zhimin Qian, admitió poseer y transferir bienes de origen delictivo, mientras que su asistente, Seng Hok Ling, también de 47 años, se declaró culpable de operar con criptomonedas.
Sus declaraciones de culpabilidad se produjeron en la víspera de su juicio de 12 semanas en un tribunal de Londres.
Ambos están programados para ser sentenciados el 10 de noviembre.
El caso se origina en la incautación en 2018 de aproximadamente 61.000 Bitcoin en una propiedad del oeste de Londres, ahora valorados en casi 7 mil millones de dólares.
Este decomiso está entre las mayores recuperaciones de criptomonedas jamás realizadas por fuerzas de seguridad a nivel mundial.
Los fiscales alegan que Zhang orquestó un esquema de inversión fraudulento que generó gran parte de los fondos ilícitos, mientras que Ling ayudó a transferir las ganancias a cuentas de criptomonedas.
Antecedentes del fraude e investigación
El caso penal está vinculado a un fraude de inversión más amplio originado en China.
En 2017, las autoridades chinas comenzaron a investigar un proyecto sospechoso de fraude en Tianjin, que estafó a más de 128.000 personas en todo el país.
El proyecto, operado bajo la empresa Tianjin Lantian, atrajo inversores con promesas de altos rendimientos, robando finalmente 40 mil millones de yuanes (5,6 mil millones de dólares).
Catorce ciudadanos chinos han sido condenados en relación con ese esquema.
En el Reino Unido, Zhang y sus asociados facilitaron el lavado de parte de estos fondos a través de criptomonedas.
Otra mujer involucrada, Jian Wen, quien vivía con Zhang en Hampstead, fue previamente condenada por lavar Bitcoin y sentenciada a más de seis años de prisión.
La participación de Wen puso de relieve el rápido ascenso en estilo de vida y activos que pueden resultar de tales esquemas; pasó de trabajar en un local de comida rápida a disfrutar de una casa de seis habitaciones, viajes internacionales y compras de lujo.
El abogado de Zhang, Roger Sahota, señaló que su declaración de culpabilidad “espera traer algo de consuelo a los inversores que han esperado desde 2017 una compensación”, enfatizando el impacto en las víctimas que fueron estafadas tanto en China como en el Reino Unido.
Implicancias legales y financieras
El caso subraya la creciente preocupación sobre el uso de criptomonedas en el crimen organizado.
Robin Weyell, fiscal jefe adjunto del Crown Prosecution Service, declaró: “Bitcoin y otras criptomonedas están siendo cada vez más utilizadas por criminales organizados para disfrazar y transferir activos, de modo que los estafadores puedan disfrutar de los beneficios de su conducta delictiva.”
Con las declaraciones de culpabilidad de Zhang y Ling, los procedimientos penales en el Reino Unido en este caso de alto perfil están llegando a su fin.
Ahora se espera que la atención se centre en los procedimientos civiles que determinarán cómo se distribuirán las criptomonedas recuperadas entre los inversores estafados y el gobierno británico.
El resultado probablemente influirá en futuros esfuerzos de aplicación y recuperación en casos que involucren delitos financieros basados en cripto.
El caso también resalta la intersección entre el crimen internacional y las finanzas digitales, mostrando cómo la cooperación transfronteriza es necesaria para combatir fraudes a gran escala.
Las autoridades tanto en China como en el Reino Unido coordinaron esfuerzos para rastrear, incautar y procesar los fondos ilícitos, reflejando un enfoque global cada vez mayor en frenar el crimen facilitado por criptomonedas.